Lucha de gigantes tecnológicos

María Sanz de Galdeano, 28 diciembre 2018

Como una tradición más de la Navidad, durante estos días hacemos recuento de lo ocurrido durante el año que acaba y nos aventuramos a predecir lo que el próximo nos deparará. A nivel mundial está claro que uno de los sucesos económicos más importantes del 2018 está siendo la lucha comercial entre Estados Unidos y China. Y, si hablamos de la principal tendencia para 2019, podemos señalar la inteligencia artificial y su uso en prácticamente todos los sectores. Y son, justamente esos dos países, los que están dominando su liderazgo en el mundo, aunque podríamos decir que están librando una guerra con detenciones de directivos de empresas tecnológicas incluidas, como la de la vicepresidenta y heredera de Huawei. Porque, además de las razones de vender a Irán a pesar de las sanciones, hay acusaciones de EE.UU. de ciber espionaje a la marca china y por consiguiente al Gobierno Chino. Esta compañía representa también la lucha por el liderazgo en las redes móviles 5G, tecnología que aporta una gran velocidad a la conexión móvil y una gran mejora en la productividad del internet de las cosas.

 

En Estados Unidos la tecnología es el gran motor económico, sus empresas invierten todavía mucho más en ella que las chinas y lideran sectores estratégicos como los del software y el de los semiconductores. En cambio, China todavía no ha alcanzado las cifras de EEUU, pero la velocidad con la que se va a acercando impresiona, en 10 o 15 años se espera que alcance a su rival. Ya ha superado a Estados Unidos en todo lo relativo a comercio electrónico y pagos a través del móvil. En parte se cree que es debido a que, al llegar al móvil a sus ciudadanos sin pasos previos como el pago a través de tarjeta, han podido pasar más fácilmente a pagar a través del móvil directamente.

 

Volviendo a la guerra comercial, ambos países están poniendo aranceles sobre las importaciones, principalmente para no depender tecnológicamente del otro. El déficit de productos de EEUU con China durante el año pasado, provenía mayoritariamente de ordenadores y electrónica. Trump probablemente pretende disminuir la dependencia en componentes y cambiar la cadena de suministro. Por su parte, China lanzó en 2015 el plan “Made in China 2025” que busca convertir su país en líder mundial en alta tecnología en sus sectores estratégicos a través de la inteligencia artificial, microchips y robótica. Para ello tiene un papel muy importante el creciente emprendimiento en el país. En China, el estado controla entre otros, el poder financiero e internet, donde censura hasta páginas como Google. Si bien, en los últimos años, está creciendo un sector privado muy importante, incrementándose las tasas de emprendimiento de manera exponencial. Existen numerosos parques científicos universitarios, incubadoras, etc. que alojan empresas de alta tecnología. Por esto, empresas de todo el mundo que apuestan por la innovación, como la japonesa Shiseido, se están acercando al gigante asiático porque quieren participar en su ecosistema emprendedor, mediante aceleradoras y fondos de capital riesgo. También las propias compañías chinas son muy conscientes de la necesidad de introducir innovaciones disruptivas y nuevas tecnologías a través de la innovación abierta. Por esto, si en algo están destacando estas empresas, es en las participaciones que realizan en startups de alta tecnología, a través de asociaciones estratégicas, fusiones y adquisiciones. Como por ejemplo Alibaba, que está invirtiendo en centenares de empresas jóvenes en sectores como comercio minorista y logística. Todo este movimiento emprendedor, está suponiendo un creciente número de unicornios (empresas que llegan a estar valoradas en más de más de mil millones de dólares) en este país. Uno de los últimos es el creado por empleados seniors de Huawei en el campo de la Inteligencia artificial Fourth Paradigm, una empresa que desarrolla algoritmos de detección de fraudes, análisis de clientes, etc. Startups que se benefician del gran motor económico chino, su enorme mercado de consumo y que año a año aumenta debido a la reducción de los niveles de pobreza del país y su reversión en clase media. Mercado además compuesto por jóvenes que demandan servicios más personalizados, inteligentes y rápidos.

 

La vieja Europa, a pesar de los esfuerzos que realiza y que tiene previstos acometer, no está ni se le espera en los primeros puestos de la carrera de la inteligencia artificial. Ni tiene el nivel de capital riesgo, ni el compromiso con la innovación, ni la inversión en tecnología de sus claros líderes, EE.UU. y China. En esta lucha de gigantes, parece que la balanza finalmente se inclinará hacia el lado asiático y la única duda que actualmente existe es: cuándo China alcanzará y pasará a EE.UU.

 

María Sanz de Galdeano, artículo publicado en Diario de Navarra el 28 diciembre 2018

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